miércoles, 15 de febrero de 2012

Para no engañarnos a nosotros mismos

Existen maneras muy sencillas para descubrir las trampas de nuestra mente y ego en relación con nuestro nivel de confianza en lo Divino y nuestro grado de sincera devoción. De forma puntual y precisa podemos observarnos si cuando conectamos con Dios es para pedir y lamentarnos o para dar las gracias... ¿Aceptamos las pruebas que nos pone la vida o renegamos de nuestra suerte? Cuando conectamos con nuestro corazón y Alma, qué sentimientos nos embargan... ¿somos capaces de trascender el plano material y sentir la vibración del Amor Incondicional y de la Conciencia Suprema? La persona que vive conectada desde su corazón con la Divinidad, vive en el agradecimiento continuo.